Violencia doméstica, ¿como identificar al agresor??
La victima puede ser cualquiera de nosotros, de clase alta o baja, con o sin educación, de cualquier religión, sin un perfil psicológico concreto que encaje. Esta persona puede ser fuerte y luchadora en ámbitos profesionales, sociales o incluso políticos, y en cambio, sin darse cuenta, puede haber caído en la trampa del abuso emocional, una degradación psicológica que sin duda irá en aumento, y puede que conduzca a la fatalidad.
El perfil del agresor, por el contrario sí que está delineado y, a través de una observación cuidadosa, sí se puede identificar al perpetrador en potencia. ¿Cuáles son estas señales de alarma que nos ayuden a identificarle?
Basado en estudios psicológicos del trastorno de personalidad antisocial-paranoide-narcisista. Podemos agrupar los rasgos del agresor bajo las siglas R.A.G.E.
Rage en ingles significa rabia, enfado, ira, furia. Es el motor que conduce a un deseo imparable de causar daño. Un mal que tendrá matices y grados de dureza. Empieza por los maltratos psicológicos, el chantaje emocional, el escarnio, la vejación, la humillación, hasta llegar al terreno físico que, como es sabido, puede facilmente escalar hasta dar muerte.
.R por Reactivo, Rápido i Repetitivo. El individuo en cuestión muestra una gran rapidez en sus cambios de humor, cambios de actitud a todo lo que él (o ella) vive como una amenaza de pérdida de control hacia la víctima. Rápidamente se pondrá en guardia por tal de reafirmar la dependencia de la víctima hacia él. Sus reacciones son, pues, previsiblemente rápidas, astutas y repetidas. El uso de la violencia es sutil al principio y escalará con el tiempo hasta la intimidación amenazante, etc.
.A por Adusto, Áspero, enfadado, colérico. Los agresores, a menudo provienen de familias desarraigadas, infancias duras e infelices donde ellos mismos han sido víctimas del trato abusivo que ahora profesan. A menudo han sido testigos de actos de violencia, han crecido con el miedo y la falta de soporte afectivo. De adultos son pues, personas emocionalmente inmaduras, inseguras, con una autoestima muy frágil, necesitada de reafirmación constante para sacudirse el sentimiento de inepto. Tan pronto empiezan una relación íntimo-afectiva, aparecen los celos y la desconfianza, de manera que cualquier señal de autonomía que su pareja pueda mostrar, será motivo para que el (ella) marque su dominio territorial, y reprima lo que se vive como una amenaza.
.G por Ganancia. Los perpetradores viven la relación de pareja como una cuestión de ganar o perder. No pueden concebir diferencias de opinión, aceptar compromisos, ni negociar diferentes puntos de vista. Ante el conflicto aprovecharán cualquier ventaja que les permita “ganarlo”. Usarán armas como la intimidación, la mentira, esconderán información, etc. Son competidores feroces. Lucen siempre que pueden, la imagen de triunfadores. Preocupados por lo que puedan pensar de ellos, a menudo muestran una caballerosidad exagerada, se muestran congeniales, simpáticos, esconden astutamente sus tendencias violentas. Incluso dan la impresión de ser emocionalmente mas sólidos que sus parejas, a las que retratan como personas inestables o neuróticas.
.E por Elusivo, Esquivo, Evasivo. Esta facultad es la que más atrapa a sus víctimas. Esta es la razón por la que personas inteligentes y sensibles muy capaces en otros ámbitos, puedan encontrarse atrapadas en una relación de acoso emocional dirigida hacia la violencia. Los perpetradores son unos grandes actores, seductores y conquistadores.
Ante la necesidad de dominar y poseer, el agresor hará importantes esfuerzos para ganarse la dependencia y el control de la víctima. Todo lo que podrían parecer consideraciones hacia ella, no serán más que hilos de araña que van ahogando, hasta sofocar la relación.